(Los acentos fueron obviados por cuestiones tecnicas)
Las benzodiacepinas son medicamentos cuyo consumo esta en aumento. Segun un estudio de la Facultad de Medicina, aunque solo son utiles en tratamientos a corto plazo porque desarrollan dependencia, estos farmacos presentan una oferta sobreabundante en el mercado nacional. Los cientificos concluyeron que el creciente uso indebido deviene en una nociva tendencia hacia la medicalizacion de los problemas cotidianos y hasta de la vida misma.
El reciente estudio de la UNN pone en evidencia el alto numero de presentaciones comerciales de las benzodiacepinas (BZD) que existen en el mercado farmacologico argentino, algo que no se corresponde con el limitado numero de patologias para las que son indicadas.
Basado en el concepto de que todas las BZD presentan igual eficacia clinica, diferenciandose solo en su farmacocinetica, “no hay una justificacion cientifica que avale la presencia de 20 benzodiacepinas y 642 presentaciones comerciales”, concluye el informe realizado por la catedra de Farmacologia de la Facultad de Medicina. Se revela ademas que en el año 2007 aparecieron en el mercado argentino 55 presentaciones comerciales.
La investigacion advierte que las benzodiacepinas son farmacos sintomaticos que no modifican ni el curso ni el pronostico de la enfermedad, no poseen efectos curativos propiamente dichos y solo son utiles en tratamientos a corto plazo por su tendencia al desarrollo de dependencia, tanto psiquica como fisica, y tolerancia farmacologica.
Los investigadores Cesar Ricardo Cucho Landauro, Maria Cruz y Mabel Valsecia explicaron a InfoUniversidades que se demuestra una “sobreindicacion” de estos psicofarmacos para pacientes que no lo requieren: “Se estan medicalizando mucho los problemas cotidianos y hasta la vida misma, angustias y malestares que antes no pasaban de alli, hoy se medican. Ante la minima molestia, la respuesta inmediata es tomarse un psicofarmaco. Esto indica que el creciente uso indebido en Argentina se enmarca en un preocupante fenomeno actual de medicalizacion de la vida cotidiana”.
El informe tambien analizo las indicaciones terapeuticas anunciadas en los prospectos como las combinaciones, a fin de determinar lo que se conoce como “Valor intrinseco terapeutico potencial”. Asi, la investigacion releva 20 combinaciones encontradas de valor relativo, es decir que estas combinaciones son irracionales desde el punto de vista farmacologico al no tener el efecto adecuado. En tanto, 17 presentaciones fueron catalogadas como de “valor inaceptable” por carecer de estudios que demuestren eficacia. Los profesionales aclararon que en la actualidad existen recomendaciones, tanto de la OMS como de la Anmat, de no mezclar BZD con farmacos anorexigenos, pero tal combinacion es muy comun en el mercado.
Las BZD conforman un grupo de psicofarmacos cuya utilizacion en el mercado farmacologico mundial fue en aumento, comenzando en los años ‘50 y ‘60 al reemplazar a los barbituricos en el tratamiento de la ansiedad y los trastornos del sueño. Gozaron su momento de gran esplendor debido a sus multiples indicaciones y a las ventajas innegables que poseian para la abrumadora demanda de pacientes aquejados de trastornos de ansiedad que solicitaban en los centros de asistencia primaria un tratamiento eficaz, rapido y barato.
A partir de la primera BZD comercializada (el clordiazepoxido), se introdujo una BZD tras otra, como sustitutos “seguros”, que no producian adiccion, pero, despues de 30 años de prescripcion abundante, su uso se redujo en paises como Alemania, Inglaterra y Francia en la ultima decada. La razon de este freno fue la demostracion de efectos adversos debido a su extendida prescripcion, asi como a su uso prolongado.
“Actualmente, las BZD solo deberian ser utilizadas para tratamientos de corta duracion en casos psicopatologicos bien definidos y diagnosticados como la ansiedad severa generalizada, tratamiento del insomnio pertinaz patologico, ansiedad traumatica generalizada o crisis de panico, incapacitantes en este caso como opcion de segunda linea”, consideran los investigadores, quienes forman parte de un proyecto de uso racional de medicamentos.
Autor:
Juan Monzon Gramajo
monzongramajo@hotmail.com
Jose Goretta
Departamento de Comunicacion Institucional
Universidad Nacional del Nordeste
Fuente: Info Universidades
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