La informática en
salud corresponde a la aplicación de la informática y las ciencias de la
comunicación en el área salud. Por medio de la utilización de software, se
busca mejorar la calidad de la atención del paciente.
Es en los años 60 que se comienza a evaluar la
idea de introducir la informática en el ámbito de la salud. En sus comienzos,
aquellos profesionales que se iniciaron en esta nueva disciplina lo hicieron
por interés propio. Compartían el gusto por ambas disciplinas: la medicina y la
informática, así como la curiosidad por las nuevas tecnologías que avanzaban en
el mundo.
Pero ha sido con el
devenir de los años que dicha necesidad comienza a tomar relevancia por la
fragmentación de la información de los pacientes, la ilegibilidad de los
registros por parte de los distintos actores -que en muchas ocasiones generaban
errores en la atención de los pacientes, produciendo incluso prescripciones
innecesarias de estudios-, y fundamentalmente por la gran cantidad de datos que
se generan en el proceso de salud-enfermedad de los pacientes que son asistidos
en los diferentes servicios.
Dichos datos, si son
interpretados correctamente, son una fuente de información muy importante sobre
cómo se realiza el cuidado en salud, permitiendo obtener más estadísticas que
permitirán conocer no solo el estado de salud de un individuo, sino también de
la población en general, generando así más y mejores políticas sanitarias.
Este proceso de
informatización de los registros generó la necesidad de la creación de un
perfil que sea capaz de comprender los flujos de trabajo, así como los procesos
de la medicina.
El aporte del rol
El informático en
salud debe tener la capacidad de interpretar el funcionamiento de los servicios
de salud con el conocimiento que posee de los mismos, sumado a los
conocimientos adquiridos durante su formación y práctica como profesional de la
salud, para luego poder transmitirlos a los profesionales informáticos para que
puedan realizar la construcción de sistemas informáticos que se adecuen a la
realidad de los diferentes servicios.
Es por este motivo
que la inclusión del Informático en Salud como Analista Funcional en un
proyecto de software clínico es de suma importancia para realizar diferentes
tareas dentro del proyecto, las cuales serán de utilidad para el equipo de
desarrollo, y como apoyo para los Gerentes de Proyectos, en la comprensión y
priorización de las necesidades de los interesados (stakeholders).
Estos Analistas
Funcionales presentan la capacidad de interpretar correctamente el complejo
lenguaje técnico que se maneja habitualmente en el ámbito de la salud,
generando un nexo entre las partes. También son capaces de identificar
claramente las necesidades que puedan tener los interesados, o incluso
adelantarse a la identificación de las mismas.
El poder incluir este
nuevo rol, favorece que el Analista no tenga que profundizar conocimientos en
el área en la cual va a estar trabajando, porque muchos conocimientos de los
procesos que se ejecutan ya son conocidos. Esto deriva en mayor eficiencia en
el proyecto, ya que el profesional de salud cuenta con conocimientos previos y
lo vuelve productivo desde el inicio.
Participación en
diferentes actividades del proceso: obtención de necesidades y diseño de la
solución.
El Analista va a
recabar la información manifestada por parte del interesado, para realizar la
elaboración de la documentación necesaria para facilitar a los interesados la
comprensión del sistema que se va a desarrollar.
En primer lugar, el
Analista de Negocios deberá relevar y documentar los diferentes flujos de
trabajo que presenta la institución para poder conocer con precisión su
funcionamiento.
En la etapa posterior
se comenzarán a relevar las funcionalidades que deberá de contener el sistema,
cumpliendo así con las necesidades de los interesados y con el flujo de
trabajo. Durante esta etapa el Analista va diseñando Mockups (modelado de
pantallas), para clarificar con el usuario los principales diálogos que el
sistema va a presentar.
A continuación, se muestran algunos ejemplos:
Una vez que se cuenta
con el proceso completo, así como con las funcionalidades definidas y en forma
paralela con la realización del documento, se realizan validaciones
funcionales, pero no con el texto del documento elaborado o en etapa de
elaboración, sino con un prototipo de baja fidelidad.
De esta forma será
mucho más fácil de comprender para los interesados, ver cómo se comportaría el
sistema y poder validar los aspectos que están bien definidos, o detectar
aquellos que no quedaron claros o se asumió una definición equivocada.
Ahora el equipo de
desarrollo podrá comenzar a realizar los desarrollos correspondientes sabiendo
cómo debe comportarse el sistema, y para su validación final si se entrega al
cliente el documento de requerimientos finalizado según las validaciones
previas.
Test funcional
Otro aspecto
importante a tener en cuenta de este profesional es su capacidad para realizar
test funcional, el cual permite la identificación de forma temprana de errores
o malas interpretaciones que pueden derivar en el mal funcionamiento del
sistema, o el fracaso de las implementaciones futuras.
Pero lo más
importante de esta prueba funcional, es que podemos realizarlo en etapas
tempranas, incluso pudiendo identificar bugs al momento de realizar el
prototipo, porque podemos ver el comportamiento del sistema y confirmar con el
interesado ese supuesto bug al momento de realizar una validación.
Beneficios
Su presencia en los
equipos contribuye al proceso de desarrollo del sistema, mejorando la calidad
de comunicación entre las partes, interpretando de forma oportuna las
necesidades de los interesados y la institución.
Dichos profesionales
tienen la capacidad de colocarse del lado de los desarrolladores intentando ser
lo más claros posible en el desarrollo de un requerimiento, y del lado del
usuario ya que pueden pensar los requerimientos de la forma que ellos mismos
los usarían.
La participación del
Analista Funcional puede reducir costos de desarrollo dentro del proyecto,
porque es posible validar con un prototipo de baja fidelidad hasta obtener las
validaciones necesarias y luego avanzar en el desarrollo, sabiendo exactamente
lo que el cliente quiere.
Escrito por Andrea
González, Analista Funcional en K2BHealth, by GeneXus Consulting.